Un aplauso para los ladrillos

Por Pablo Maas:

La construcción parece haberse convertido en la Cenicienta de la economía. Cada vez que se publican las cifras sobre la evolución de la inversión, nunca faltan los desconfiados que advierten: "Ah, si, pero la mitad de la inversión es en construcción. Y la construcción no es una inversión reproductiva".En la contabilidad nacional, la inversión tiene dos componentes principales: los desembolsos en bienes de equipo durables (como maquinarias y vehículos industriales) y la construcción. La edificación de viviendas, es cierto, es inversión de una sola vez y tiene menor calidad "reproductiva". Pero las máquinas no trabajan a la intemperie, hace falta construir fábricas y galpones para alojarlas. Las empresas industriales y de servicios necesitan muchos metros de oficinas (tema de tapa de esta edición). Las mercaderías viajan por caminos y puentes, que es necesario construir. Las mercaderías se venden en locales comerciales y shopping centers (se construirán más de 20 nuevos hasta 2010). Se estima que un 40% de la construcción es de este último tipo, es decir, inversión genuinamente reproductiva.En España (pag. 11) y a pesar del actual crack inmobiliario, las poderosas empresas constructoras se están lanzando a la conquista de Europa. La prosperidad española de las últimas dos décadas se basó en gran parte en el turismo y el auge de la construcción, que muchos allí llaman "el ladrillazo". En la Argentina, el turismo también está en un buen momento. Pero la construcción sigue esperando a su Príncipe Azul.

Fuente: http://www.clarin.com/suplementos/economico/2007/04/29/n-00202.htm

Inscripcion Libres y Remanentes

Inscripción: 25 y 26 de Abril
Se rinden desde el 7 al 12 de Mayo
Internet: ininterrumpido
Gabinete Sede Cordoba: desde las 10 a las 20 hs

En la Argentina, los universitarios siguen eligiendo las carreras tradicionales.

Otra vez medicina, abogacía y contador son las más elegidas entre los estudiantes del interior, pese a los incentivos que tanto el Gobierno, las empresas y las mismas universidades otorgan a las carreras prioritarias, como ingeniería e informática.

Pese a que el Gobierno, las empresas y las universidades incentivan cada vez a los estudiantes para que sigan carreras prioritarias donde la demanda laboral es notable, los estudiantes del interior continúan volcándose hacia las opciones más tradicionales como abogacía, ciencias económicas y medicina.

Al menos eso surge de los datos sobre el ingreso 2007 que arrojaron tres universidades de Córdoba, Corrientes y Mendoza, donde la mayoría sigue sin elegir en forma masiva las ingenierías o informática, áreas donde además de becas y estímulos financieros la esasez de profesionales es la principal traba para el crecimiento a largo plazo.

En la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE) uno de cada cuatro alumnos que se inscribieron optaron por Derecho: de un total de 12.433 alumnos, 3.050 pertenecen a abogacía, seguida por Ciencias Económicas (1155) y Medicina (1271). Es decir que estas tres carreras concentran casi el 45% de la masa estudiantil.

Del otro lado, la facultad de Ingeniería viene desde 2005 con un descenso en el número de ingresantes: para 2007 están inscriptos 263 estudiantes, un 53,6% menos que hace dos años atrás, según informó la universidad correntina.

Para el subsecretario académico de la UNNE, Cristian Piris, "estos índices marcan la persistente inclinación de los jóvenes por carreras tradicionales, que si bien cuentan con mercados laborales muchas veces saturados, siguen siendo una alternativa atractiva para los estudiantes por varios motivos, por tratarse de campos profesionales consolidados y por la insuficiente orientación vocacional".

El funcionario reconoce que el desarrollo del país requiere de profesionales en nuevas áreas del conocimiento, "pero orientar los jóvenes hacia esos campos requerirá una sostenida política nacional en ese sentido, que debería iniciarse indefectiblemente en el nivel medio".

En la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) el panorama es similar. Este año casi 26 mil jóvenes se anotaron para seguir estudios superiores en la institución más antigua del país. Y las facultades con mayor convocatoria fueron Ciencias Médicas (5.570), Derecho y Ciencias Sociales (5.034), Ciencias Económicas (2.863), Filosofía y Humanidades (2.333) y Psicología (2.314).

De esta manera, sólo cinco de las 12 unidades académicas aglutinan el 69,9% del total de nuevos estudiantes, que otra vez relegaron de sus opciones a las carreras técnicas, pese a que en la provincia prosperan polos tecnológicos y empresas de desarrollo de software. De hecho, hace dos meses hasta la propia UTN no pudo cubrir cuatro pedidos de ingenieros dentro de sus graduados.

Por su parte, de los casi 11 mil estudiantes que se inscribieron para ingresar este año a la Universidad Nacional de Cuyo (UNCuyo), la mitad siguió carreras de ciencias sociales y económicas (3277) y del área de salud (2291). Las ciencias básicas y tecnológicas, donde se incluye ingeniería, agronomía y ciencias aplicadas a la industria sólo captó la atención del 15% de los estudiantes.

"Se observa una tendencia que se mantiene a través de los años hacia las carreras tradicionales, como medicina (1.192), derecho (1.130) y contador público", indicó la secretaria académica de la UNCuyo, Estela Zalba, que sólo resaltó como dato el crecimiento de una opción como Diseño, donde se registraron 579 interesados.

Si bien en las tres universidades aclaron que estos datos son referidos a las inscripciones (luego muchos cambian de carrera o abandonan), las cifras marcan una radiografía sobre cómo eligen hoy los jóvenes en el interior. Este año sólo la Universidad Nacional de San Luis (UNSL) detectó un aumento en la elección de sus carreras prioritarias, lo que marca la excepción dentro del conglomerado académico nacional.

Incluso en la Universidad de Buenos Aires (UBA) este tipo de opciones de grado que necesita el país brillaron por su ausencia dentro de las preferencias. De los 58.137 alumnos que se anotaron para el CBC durante octubre y noviembre pasado, 6000 eligieron estudiar Medicina, mientras que otra cifra similar apostó por Derecho y casi 4500 jóvenes se inclinaron ante psicología, una profesión que registra 154 especialistas por cada 100.000 habitantes, lo que convierte a la Argentina en en el país con más cantidad de psicólogos. Y cada vez con menos ingenieros.

Fuente: Universia

Vocación y Género

En carreras separadas

A pesar de que las mujeres ya son mayoría en las aulas universitarias, hay disciplinas que se siguen percibiendo como femeninas y otras como masculinas, lo que responde tanto a estereotipos como a condiciones del mercado laboral.
Cuando se elige una carrera, los estereotipos también tiñen la vocación. Las imágenes de profesiones “para hombres” y otras “para mujeres” orientan las opciones de muchos chicos y terminan inclinando la balanza.
Aunque las mujeres ya son más de la mitad de los estudiantes de las universidades argentinas y se han convertido en mayoría en carreras tradicionales como Medicina, Derecho y Economía, la irrupción femenina parece orientarse hacia ciertas áreas, mientras los varones conservan la mayoría en otras.
Del lado femenino, las más elegidas por las mujeres son las vinculadas con las áreas humanísticas y el cuidado de las personas. Según cifras del Ministerio de Educación, en los primeros lugares están Psicología (82,3% de estudiantes mujeres en las universidades públicas y 80,2% en las privadas), Letras e idiomas (80,1 y 87,9% respectivamente), Educación (79,7 y 74,4%) y las carreras paramédicas (79 y 77,1%).
Ellos, por su parte, son mayoría en las áreas vinculadas con la tecnología, las maquinarias, los cálculos y cierto imaginario de destreza física.
Por ejemplo, la ingeniería (82,8% de alumnos varones en las públicas y 89,8% en las privadas), la logística, el transporte y los sistemas navales (81,3% y 87,2%), la informática (74,3% y 83,4%) y las ciencias agropecuarias (70,1% y 77,5%).
Por causas históricas, de tradición disciplinaria, de arraigo en el sentido común o restricciones bien reales del propio mercado de trabajo, la diferencia de elección por géneros se mantiene en las aulas universitarias. Para los especialistas, algunas de estas distinciones son normales y bienvenidas, pero otras están basadas en una distorsión de las posibilidades laborales reales. Por ejemplo, las que tienen las mujeres en ciertas ramas de la ingeniería o los hombres en algunas aplicaciones de la psicología.
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